Las dos primeras acepciones según la RAE son: "1. Transformación de algo en otra cosa. 2. Mudanza que hace alguien o algo de un estado a otro, como de la avaricia a la liberalidad o de la pobreza a la riqueza". Está claro entonces que el Betis ha sufrido una auténtica metamorfosis, despachos aparte.
Hemos pasado de la apatía y la charlatanería de entrenadores de vuelta, al buen trabajo y la energía de uno que viene a cumplir con un obligado objetivo. Los fichajes, que tantas dudas generaron, no sólo parecen refuerzos sino que ofrecen verdadero rendimiento en el campo. Jorge Molina, Rubén Castro, Salva Sevilla, Belenguer, Dorado, Miguel Lopes. Ahora sí que estos nombres suenan bien.
Por fin se fueron casi todos los canteranos que sobraban dejando paso a la savia nueva de los Bermejales. Ya debieron dar el salto el año pasado, nunca es tarde si la dicha es buena. Beñat -qué jugador-, Cañas, Ezequiel, Fran No son el futuro, pero también el presente.
Con todos ellos, fichajes y canteranos, los que estaban son mejores. Soberbio Goitia. Más que aseado Nacho en el lateral. Iriney cumpliendo en su papel de juego subterráneo. Caffa como francotirador que ha empezando a cultivar la capacidad de sufrimiento. Y Emaná. Ay si Pepe consigue que su compromiso perdure toda la temporada. Un auténtico cañón para la categoría. Pero sobre todo, por fin hay un equipo. Ya no nos representan 11 almas en pena acomodadas, ahora tenemos a un sólido grupo de hombres comprometidos.
"Ustedes no son tan buenos; si no, no estarían en Segunda". Ese fue el inicio. La respuesta del plantel está siendo ilusionante. Confiemos en ellos.
domingo, 12 de septiembre de 2010
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