lunes, 31 de mayo de 2010

Y no te cambian, Betis

Los que desde tus despachos debían cuidarte se empeñan en maltratarte. Te exprimen, se burlan de ti. El imputado y sus secuaces cucharas intentan hacer olvidar tu centenaria historia con sus patochadas de delicuentes sin formación. Algunas, sólo algunas, de esas sonrisas de simpatía que te regalaban allí donde fueras o dijeran tu nombre, se han tornado en burla y desprecio por la imagen de tus representantes "oficiales". Le cambian ilegítimamente el nombre a tu hogar, traen la crispación a tu parroquia, te tienen sumido en la deriva deportiva.

Pero no te cambian, Betis. Tu espíritu es inquebrantable e insobornable. Sigues fiel a ti mismo. Te vieron moribundo, abocado a seguir deambulando por Segunda y allí que se fueron 50.000 almas a tu casa a reanimarte. Y ahora pareces más vivo que nunca. Te han puesto un equipo cortito, un entrenador dudoso y una directiva incalificable. Y ahí está tu corazón latiendo con la pasión de tus ilusionados devotos. Los que de verdad quieren devolverte a tu sitio. Los que para creer en ti no necesitan ninguna llaga en la que meter el dedo, porque las llevan ellos por ser béticos. Por seguirte, por quererte, por sufrirte. Y tú respondes como siempre, a tu estilo, Currobetis.

Aquellos podrán seguir intentando lo quieran, pero no conseguirán nunca evitar que un niño al que nunca le has regalado una alegría, que tan sólo ha visto a su padre maldecir por tus derrotas, se vista con tu camiseta verdiblanca, sonría y diga orgulloso: "yo soy del Betis".

domingo, 16 de mayo de 2010

Pan para hoy

Otro partido sin fútbol, tarde infumable. Nuevo episodio de la lucha encarnizada entre la falta de actitud y la de aptitud ante un rival de risa, como casi todos los de la categoría. Y victoria esta vez, que bien podía haber sido empate o derrota.

Gracias a los regalos de los rivales directos seguimos vivos en la lucha por el ascenso, aunque en estado de muerte cerebral. El milagro de la resurrección pasa por ganar los cinco partidos que quedan. Visto lo visto, podemos seguir llamándolo milagro, quimera, alquimia o como cada uno quiera. Con lo que hay, ningún proceso lógico puede llevarnos a pensar que el equipo será capaz de hacerlo. Máxime cuando el único argumento ofensivo no estará las cuatro últimas jornadas. Los 3 puntos del Sábado se ganaron por Emaná, como tantos otros. Pan para hoy, hambre para mañana debido a la impresentable planificación de la temporada. ¿De verdad alguien del club creyó allá por el verano que este proyecto deportivo era el adecuado para subir?

Si después del partido contra la Real seguimos con vida, Víctor tendrá la oportunidad de demostrar si es entrenador o simplemente conferenciante. Ganando -que ya es suponer-estaremos a un partido de los puestos de ascenso, quedando doce puntos por disputarse. Pero sin Emaná. Y ahí el elegante aragonés deberá desplegar sus habilidades para hacer que el equipo consiga ganar sin contar con el protagonista de todas las jugadas de ataque. Veremos si lo consigue; espero que nos equivoquemos todos los que tenemos claro que no lo hará.

domingo, 9 de mayo de 2010

Casi indiferentes

Espectáculo lamentable y vergonzoso, uno más. El partido se hizo larguísimo, como ver una película de las malas que ya se ha sufrido antes muchas veces. Era evidente que el Murcia acabaría empatando antes o después, de una manera o de otra. Lástima que lo hiciera a costa de un fallo garrafal de Goitia, de lo poco potable de esta plantilla consentida, sin ambición, indigna.

No hay duda de cuál es el origen de los males deportivos, con cada ocasión que se presenta lo deja, aún si cabe, más claro. A pocas jornadas del final, en un partido clave para seguir en la lucha por el ascenso, el estadio registra una de las peores entradas de la temporada. Insólito en nuestra afición. ¿No era el día para haber hecho una campaña que llenara el campo? Nada, ya ni eso. Y peor aún, a los pocos que allí estábamos casi nos daba igual lo que veíamos, asumido ya que el año que viene seremos otra vez equipo de Segunda. Bien saben los habituales en Heliópolis que es una auténtica tortura tragarse los partidos de la División de Plata. Mucho nombre para tan paupérrima categoría. ¿Tendremos que pagar de nuevo abonos a precio de Primera División? El trato era pagar por el carnet lo mismo que el año pasado a cambio de que el año que viene, en Primera, se mantendrían los precios. ¿Y en Segunda?

Respecto al entrenador, Víctor debería extender a la dignidad la elegancia de su verbo, y dimitir. Que haga gala de un término habitual en sus ruedas de prensa, la honestidad, para comparecer públicamente, denunciar que con un club en ruinas y jugadores sin compromiso es imposible subir. Eso sería honestidad, Víctor.

domingo, 2 de mayo de 2010

Y encima, sin suerte

Llevamos a trompicones toda la temporada fruto de una planificación deficiente, como viene siendo costumbre en la casa. La destitución de Tapia estaba cantada desde que se anunció el nombre del entrenador. Los argumentos desde el banquillo para darle la vuelta a situaciones desfavorables no han existido, ni con uno ni con otro. Rachas nefastas de resultados siempre han seguido a varios partidos sin perder. Con más expulsiones que nadie por razones más preocupantes cuanto más se trate de encontrarlas. Sin canteranos de nueva hornada teniendo chavales en el filial pidiendo a gritos oportunidades. Por poner un ejemplo, Razak, portero menos goleado de Europa en casa; Ricardo, campeón amateur del Open de España de Golf. Hay otros ejemplos sangrantes, tanto en lo deportivo como en lo económico. Por todo esto, y mucho más, el bético vive en la desesperanza de saber que en Junio no habrá ascenso que celebrar.

Y a pesar de los pesares, el sábado se gestó un partido para traernos algo de esperanza. Tras la enésima roja derivada de una desaplicación defensiva por incapacidad o falta de tensión, el equipo se rehizo. Por primera vez esta temporada, ante un revés tan duro como un penalty y expulsión antes de los 5 minutos, el Betis se recompuso y se mostró como un grupo con ambición por ganar. El paradón de Goitia en la pena máxima y las genialidades exuberantes de Emaná levantaron al equipo, que se unió por completo a la causa.

Los 3 puntos y la brisa de esperanza ya estaban en la maleta. Pero a última hora, de una falta tirada desde Lanzarote, 2 puntos se escaparon y la brisa se quedó en las islas. Lástima. Para subir, a las contadas dosis de fútbol del Betis deberían añadirse algunas de suerte. Por lo que vimos el otro día, no podemos contar con ellas. Mal asunto.