lunes, 31 de mayo de 2010

Y no te cambian, Betis

Los que desde tus despachos debían cuidarte se empeñan en maltratarte. Te exprimen, se burlan de ti. El imputado y sus secuaces cucharas intentan hacer olvidar tu centenaria historia con sus patochadas de delicuentes sin formación. Algunas, sólo algunas, de esas sonrisas de simpatía que te regalaban allí donde fueras o dijeran tu nombre, se han tornado en burla y desprecio por la imagen de tus representantes "oficiales". Le cambian ilegítimamente el nombre a tu hogar, traen la crispación a tu parroquia, te tienen sumido en la deriva deportiva.

Pero no te cambian, Betis. Tu espíritu es inquebrantable e insobornable. Sigues fiel a ti mismo. Te vieron moribundo, abocado a seguir deambulando por Segunda y allí que se fueron 50.000 almas a tu casa a reanimarte. Y ahora pareces más vivo que nunca. Te han puesto un equipo cortito, un entrenador dudoso y una directiva incalificable. Y ahí está tu corazón latiendo con la pasión de tus ilusionados devotos. Los que de verdad quieren devolverte a tu sitio. Los que para creer en ti no necesitan ninguna llaga en la que meter el dedo, porque las llevan ellos por ser béticos. Por seguirte, por quererte, por sufrirte. Y tú respondes como siempre, a tu estilo, Currobetis.

Aquellos podrán seguir intentando lo quieran, pero no conseguirán nunca evitar que un niño al que nunca le has regalado una alegría, que tan sólo ha visto a su padre maldecir por tus derrotas, se vista con tu camiseta verdiblanca, sonría y diga orgulloso: "yo soy del Betis".

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