domingo, 14 de febrero de 2010

A 8 del Cartagena, por debajo del Villarreal B

Esa es la triste realidad del Betis hoy. Pero ¿qué nos espera de aquí a final de temporada?. Vino Tapia, era evidente que nunca debió venir, se le destituyó tarde, y ahora tenemos a Víctor.

El elegante y locuaz Víctor Fernández es viejo conocido. Debutó espectacularmente en Riazor, endosando un 2-4 al Deportivo, que por entonces tenía el nivel del Madrí y el Barsa. Después de eso tuvimos dos años donde el Betis a ratos jugaba muy bien, solía empezar ganando, se desinflaba, no tenía rigor defensivo, tampoco garra, a veces no jugaba a nada y los discursos de sala de prensa de Víctor eran preciosos.

Todo esto también define al Betis de hoy, gran problema. Para subir es imprescindible que Víctor traiga algo diferente a lo que ya hizo en su etapa anterior, que es exactamente lo que está haciendo en esta. Se antoja complicado pues.

Iba a decir que el cambio debería ser radical, pero la Segunda División es tan pobre que no es necesario hacer nada del otro mundo para ascender. Ya hemos visto que a poco que se hacen un par de cosas bien, los partidos se ganan, hasta con comodidad, y así se sube.

Me paro a recordar qué hizo el Betis hace casi 10 años para ascender. Me preocupo porque el camino que se está siguiendo esta vez es muy diferente. Aquella vez se renovó el equipo casi por completo, este año tenemos prácticamente a los mismos desmotivados que nos bajaron a Segunda. Entonces, vino un goleador contrastado, Amato, y otro con mucha hambre, Casas. Este año seguimos teniendo a un pasado de peso Pavone y un gafe arrastrado, Sergio García. Vino un central de experiencia y contudente, Belenguer. Este año hemos traído a un blandito Carlos García. En aquel entonces tuvieron un papel fundamental canteranos debutantes, béticos de cuna, como Joaquín, Capi, Varela o Arzu. Este año ha jugado algunos ratitos Rodri. Y, por supuesto, lo más inquietante: aquella vez estando siempre entre los 3-4 primeros se acabó ascendiendo en la última jornada; hoy, pasado el ecuador de la competición, estamos séptimos, a 8 del tercero y 12 de los dos primeros.

Lo peor, o lo mejor, es que somos gente de ilusión, así que si ganamos los dos siguientes partidos, Albacete y Cartagena, nos pondremos como poco a 5 del ascenso, con 16 jornadas por delante. Tengamos fe en que Víctor nos enseñe algo distinto, porque con lo que nos ha enseñado hasta ahora, habrá que conformarse con la mediocridad de la mitad de la tabla...en Segunda!!!

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